viernes, 20 de marzo de 2009

"Sacaremos ese buey de la barranca"


A inicios de mes, en liga de fútbol de Bélgica se efectuaba el encuentro Gante-Tubize y el árbitro se convirtió en el protagonista.
Pitó un penal a favor del Gante. Rápidamente se enteró que había cometido un error y se acercó al cancerbero del Tubize, Nicolás Ardouin, para rogarle que lo parara.
Al final del partido, Ardouin declaró: “Después señalar el penalti, el árbitro me dijo sálvame, páralo... Me imploró detener el penalti”.
El portero cargó con el segundo tanto y el Gante sentenció su victoria ante el Tubize por 2-0.
El suceso me recuerda mucho a las penas que sufre la Selección Nacional, la cual sufre todo tipo de vejámenes de quienes dicen administrarla.
Durante la semana anterior se habló del tema de los premios, de la huelga —que tristeza que el seleccionado mayor de un país tenga que hacer eso para llamar a tomar medidas inmediatas, más cuando está en plena carrera para ir a Sudáfrica 2010—, que la falta de seriedad del presidente de la Comisión Normalizadora.
Me recuerda que a la hora de llegar los partidos, los más serios —se viene México y Estados Unidos— ahí todos le implorarán a los jugadores que los salven, que eviten una hecatombe, que no se desplome el Cuscatlán con una derrota ante rivales que trabajan con verdadera responsabilidad.
Da risa, y de la buena, recordar también esa canción de los ochentas del mexicano Francisco “Charro” Avitia, aquella pegajosa “Sacaremos ese buey de la barranca”.
Basta recordar que “los del Gobierno, del Estado, preocupados, decidieron ayudar en el rescate, y con cadenas garruchas, y malacates...”.
Lo olvidaba, gracias por abrir el torneo de las Reservas, ya le hacia falta al país.

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