martes, 17 de marzo de 2009

Como en el teatro, rómpete una pierna...

Desde mediados de febrero, y no debería de quejarme de los meses anteriores, pero debo de considerar entre ellos que no se pudo alcanzar el título con el Chalatenango en la final del Apertura 2008, contra el Metapán, me ha sucedido una serie de cosas interesantes, las cuales me han dejado un saldo positivo y, desde luego, un basto universo de felicidad.
Pero como todo en esta vida tiene un equilibrio, y nada es gratis, de acuerdo a las viejas sentencias de amigos doctos en el ir y venir del karma, el mayor costo que he tenido han sido algunos dolores físicos. Nada de gravedad hasta ahora, pero con un saldo de dos pasadas en menos de un mes por la sala de rayos x del Seguro Social del Atlacatl.
La primera fue luego de un partido de fútbol con los "Pericos Asesinos", de la redacción de Deportes EDH, que me provocó una lesión en el pie izquierdo, y luego, menos de un mes después, un fuerte golpe con una puerta, en los dedos de la mano izquierda. No sé que tenga que ver.
De manera paralela, diré que no todo ha sido malo, no contaré detalles, pero dentro de esos dolores; ahhh, y contar que un cuate casi me rompe el cuello el viernes pasado en el concierto de Ariosto, en el Palacio Tecleño, que me sacó un dolor de cabeza —extraño que me duela la chorontoca—, muchas de las apuestas personales han sido positivas.
Es por ello que tengo ciertos miedos a ser más osado, ya la edad comienza a pasarme factura, y no quiero que me toque como en el teatro y en un giro de buena suerte que me rompa una pierna. Prefiero ese viejo dicho teatral de suerte: mucha mier..., para todos y todas.

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