Educación y niñez pobre del Tercer Mundo
Manlio Argueta (*)
SAN SALVADOR - No se me puede pasar por alto una nota sobre este libro en edición de lujo del foto periodista barcelonés Kim Manresa. Obra producto del esfuerzo de la empresa cultural barcelonesa: C &Duke, del poeta salvadoreño Carlos García Duke (Santa Tecla, 1960), y de su esposa española Conchita Soriano, residiendo ambos en Barcelona. Agrego que el poeta García me acercó a Manresa para ser captado por su lente de alto sentido social. Se agrega la gran coincidencia que su lanzamiento fue el día de mi cumpleaños: el 24 de noviembre. Así se lo hice ver a Carlos García sacándole una sonrisa comprensiva por mi broma.
En esta fecha (24 de noviembre de 2007) fue dado a conocer en acto público realizado en la ciudad de Sant Boi de Llobregat, cerca de Barcelona, tan reconocida por los salvadoreños por su Camp Nou y su equipo de fútbol. Participaron en el evento de lanzamiento otros 18 municipios de esa provincia que contribuyeron para hacer realidad el proyecto editorial.
Como vemos, el libro está recién salido del horno, ni siquiera tendrá una semana cuando salga esta nota. La traducción al catalán es del joven librero Carles Mercader con quien también nos liga un lazo de amistad española-salvadoreña. Gracias a él, después de muchos esfuerzos con instituciones españolas para conseguirlo, pude obtener copia de una edición de dos libros míos publicados en la primera Alfaguara (Barcelona, allá por 1983) y otro publicado en Sudamericana de Buenos Aires (1970), y que, por descuidos trashumantes, me había quedado sin esos ejemplares para el recuerdo. El lazo amistoso con Mercader se volvió indisoluble y todo gracias a la gentileza de Carlos García, por quien conozco a dignos españoles del arte y el libro.
Fuera de esa anécdota personal, hay algo profundamente humanista y trascendente en el libro de Kim Manresa y de Carlos García (S & Duke) que se expresa en un llamamiento de apoyo a los niños marginales del mundo. Por ser una obra de imágenes, y con textos de escritores mundiales, su circulación la tiene asegurada en la geografía humana. Y lo mejor, los mensajes gráficos dedicados a los niños escolares son de comprensión universal.
El libro circulará por esta vez en dos idiomas, en catalán y español, aunque se anuncia su traducción en otros idiomas como el inglés, alemán y francés.
La obra del fotoperiodista Kim Manresa, se intitula Escuela de otros Mundos (Escoles d´altres Mons, en catalán), tiene 240 páginas y retrata niños en sus aulas, muchas veces improvisadas en covachas o bajo un árbol o al aire libre, en 30 países diferentes de América Latina, el Caribe, Asia y Africa. Por América Central hay fotos de escuelas de El Salvador, Nicaragua, Honduras y Guatemala.
Otro detalle que hace merecedora la labor editorial de Carlos García es haber logrado que cada una de las fotos tuviera una frase con su propia letra de escritores de reconocida obra universal. Para dar una idea cito solamente las firmas de Premios Nobel: García Márquez, José Saramago, Darío Fo, Kanzaburo Oé, Gao Xingjian. Wole Soyinka, Vidiadhar Naipaul, Orhan Pamuk, Wislawa Szimborska. Podemos imaginarnos el esfuerzo en ubicarlos para que lo escribieran y firmaran. Mucha veces también se requirió una labor de convencimiento ante quienes le causa resquemor dar su firma y más si se trata de dar un texto.
La introducción lleva un mensaje manuscrito del Premio Nobel argentino Adolfo Pérez Esquivel de quien reconstruyo un fragmento: “… Ver y mirar puede ser distinto, muchas veces vemos pero no miramos… Kim Manresa captó las miradas de los niños en las escuela del mundo, con sus propias identidades culturales… y sin embargo, pese a la diversidad, todas (las fotos) llaman a la conciencia de la humanidad…”; además hay manuscritos de muchos latinoamericanos conocidos, entre ellos, los argentinos Juan Gelman y Rodrigo Fresán, los mexicanos Carlos Monsivais, los españoles Rosa Regás, Juan Goytisolo, Javier Marías, Almudena Grandes, la brasileña Nélida Piñón, el poeta chileno Raúl Zurita. Todos expresan su palabra de apoyo a los mil millones de analfabetas que según las Naciones Unidas existen en el mundo.
Y como nunca falta un pelo en la sopa, nos colamos algunos salvadoreños y guatemaltecos, por parte de América Central; que tendremos el privilegio de circular con nuestros textos dedicados a los escolares pobres del mundo de las geografías periféricas. Gracias al esfuerzo, compañerismo e intuición identitaria de Carlos Ernesto García, con más de 27 años de vivir en España, quien se sumó muy niño a la diáspora luego de una profunda tragedia familiar producto de la intolerancia política.
En su introducción a la obra, Manresa agradece a al escritor Carlos E. García y a la española, su esposa, Conchita Aguilar, ambos socios de la empresa C & Duke, “por su apasionante papel de armar el proyecto y transformarlo en realidad, lo que incluyó previamente (en el 2006) una exposición itinerante de las fotografías por todas las escuelas (de Cataluña)”, dice el fotoperiodista. También tuvimos el privilegio de acompañar en estas giras por Barcelona y sus municipios cercanos.
Y por supuesto, ahora esas fotos con sus respectivos textos literarios llegarán a todo el mundo en una edición de extraordinaria calidad.
No cabe duda, nuestra identidad se expande. No es una buotade decir que nos estamos convirtiendo en ciudadanos del mundo “no importa que seamos ciudadanos pobres”, como dije en otra ocasión, pues los derechos de ciudadanía no hacen distingos de raza, color, lengua y menos de posesiones materiales. Se trata de una ciudadanía en proceso de ganar con base a valores de tipo cultural: nuestras tradiciones, nuestro paisaje, nuestras expresiones emotivas, nuestras fuerzas por sobreponernos ante los dramas y tragedias. Estos valores son tan imperecederos como la fuerza petrolera o el poder financiero.
La palabra en sí es un poder que se expande por Australia, Canadá, los Estados Unidos, Suecia, Holanda. La palabra en español es la mejor señal de identidad de la región y de nuestro país. Porque si hablamos de mundialización debemos referirnos también a la cultura, donde reside nuestra fortaleza, la de aquellos que andan aventurando y fijando sus pies y raíces, mochila de nostalgias al hombro, por las geografías lejanas cada vez más cercanas.
Tampoco se trata de arrogancias regionales o nacionales, es una verdad que se hace convincente en la práctica. Ahí están los salvadoreños dándole vida a la Nación, con respiración boca a boca. En expresiones económicas, en literatura, en presencia de valores espirituales.
En esta fecha (24 de noviembre de 2007) fue dado a conocer en acto público realizado en la ciudad de Sant Boi de Llobregat, cerca de Barcelona, tan reconocida por los salvadoreños por su Camp Nou y su equipo de fútbol. Participaron en el evento de lanzamiento otros 18 municipios de esa provincia que contribuyeron para hacer realidad el proyecto editorial.
Como vemos, el libro está recién salido del horno, ni siquiera tendrá una semana cuando salga esta nota. La traducción al catalán es del joven librero Carles Mercader con quien también nos liga un lazo de amistad española-salvadoreña. Gracias a él, después de muchos esfuerzos con instituciones españolas para conseguirlo, pude obtener copia de una edición de dos libros míos publicados en la primera Alfaguara (Barcelona, allá por 1983) y otro publicado en Sudamericana de Buenos Aires (1970), y que, por descuidos trashumantes, me había quedado sin esos ejemplares para el recuerdo. El lazo amistoso con Mercader se volvió indisoluble y todo gracias a la gentileza de Carlos García, por quien conozco a dignos españoles del arte y el libro.
Fuera de esa anécdota personal, hay algo profundamente humanista y trascendente en el libro de Kim Manresa y de Carlos García (S & Duke) que se expresa en un llamamiento de apoyo a los niños marginales del mundo. Por ser una obra de imágenes, y con textos de escritores mundiales, su circulación la tiene asegurada en la geografía humana. Y lo mejor, los mensajes gráficos dedicados a los niños escolares son de comprensión universal.
El libro circulará por esta vez en dos idiomas, en catalán y español, aunque se anuncia su traducción en otros idiomas como el inglés, alemán y francés.
La obra del fotoperiodista Kim Manresa, se intitula Escuela de otros Mundos (Escoles d´altres Mons, en catalán), tiene 240 páginas y retrata niños en sus aulas, muchas veces improvisadas en covachas o bajo un árbol o al aire libre, en 30 países diferentes de América Latina, el Caribe, Asia y Africa. Por América Central hay fotos de escuelas de El Salvador, Nicaragua, Honduras y Guatemala.
Otro detalle que hace merecedora la labor editorial de Carlos García es haber logrado que cada una de las fotos tuviera una frase con su propia letra de escritores de reconocida obra universal. Para dar una idea cito solamente las firmas de Premios Nobel: García Márquez, José Saramago, Darío Fo, Kanzaburo Oé, Gao Xingjian. Wole Soyinka, Vidiadhar Naipaul, Orhan Pamuk, Wislawa Szimborska. Podemos imaginarnos el esfuerzo en ubicarlos para que lo escribieran y firmaran. Mucha veces también se requirió una labor de convencimiento ante quienes le causa resquemor dar su firma y más si se trata de dar un texto.
La introducción lleva un mensaje manuscrito del Premio Nobel argentino Adolfo Pérez Esquivel de quien reconstruyo un fragmento: “… Ver y mirar puede ser distinto, muchas veces vemos pero no miramos… Kim Manresa captó las miradas de los niños en las escuela del mundo, con sus propias identidades culturales… y sin embargo, pese a la diversidad, todas (las fotos) llaman a la conciencia de la humanidad…”; además hay manuscritos de muchos latinoamericanos conocidos, entre ellos, los argentinos Juan Gelman y Rodrigo Fresán, los mexicanos Carlos Monsivais, los españoles Rosa Regás, Juan Goytisolo, Javier Marías, Almudena Grandes, la brasileña Nélida Piñón, el poeta chileno Raúl Zurita. Todos expresan su palabra de apoyo a los mil millones de analfabetas que según las Naciones Unidas existen en el mundo.
Y como nunca falta un pelo en la sopa, nos colamos algunos salvadoreños y guatemaltecos, por parte de América Central; que tendremos el privilegio de circular con nuestros textos dedicados a los escolares pobres del mundo de las geografías periféricas. Gracias al esfuerzo, compañerismo e intuición identitaria de Carlos Ernesto García, con más de 27 años de vivir en España, quien se sumó muy niño a la diáspora luego de una profunda tragedia familiar producto de la intolerancia política.
En su introducción a la obra, Manresa agradece a al escritor Carlos E. García y a la española, su esposa, Conchita Aguilar, ambos socios de la empresa C & Duke, “por su apasionante papel de armar el proyecto y transformarlo en realidad, lo que incluyó previamente (en el 2006) una exposición itinerante de las fotografías por todas las escuelas (de Cataluña)”, dice el fotoperiodista. También tuvimos el privilegio de acompañar en estas giras por Barcelona y sus municipios cercanos.
Y por supuesto, ahora esas fotos con sus respectivos textos literarios llegarán a todo el mundo en una edición de extraordinaria calidad.
No cabe duda, nuestra identidad se expande. No es una buotade decir que nos estamos convirtiendo en ciudadanos del mundo “no importa que seamos ciudadanos pobres”, como dije en otra ocasión, pues los derechos de ciudadanía no hacen distingos de raza, color, lengua y menos de posesiones materiales. Se trata de una ciudadanía en proceso de ganar con base a valores de tipo cultural: nuestras tradiciones, nuestro paisaje, nuestras expresiones emotivas, nuestras fuerzas por sobreponernos ante los dramas y tragedias. Estos valores son tan imperecederos como la fuerza petrolera o el poder financiero.
La palabra en sí es un poder que se expande por Australia, Canadá, los Estados Unidos, Suecia, Holanda. La palabra en español es la mejor señal de identidad de la región y de nuestro país. Porque si hablamos de mundialización debemos referirnos también a la cultura, donde reside nuestra fortaleza, la de aquellos que andan aventurando y fijando sus pies y raíces, mochila de nostalgias al hombro, por las geografías lejanas cada vez más cercanas.
Tampoco se trata de arrogancias regionales o nacionales, es una verdad que se hace convincente en la práctica. Ahí están los salvadoreños dándole vida a la Nación, con respiración boca a boca. En expresiones económicas, en literatura, en presencia de valores espirituales.
(*)Novelista y poeta. Director de la Biblioteca Nacional de El Salvador. Presidente de la Fundación Innovaciones Educativas Centroamericanas (FIECA). Varios de sus libros han sido traducidos a diferentes idiomas que incluyen el hebreo, sueco, inglés alemán, ruso, francés y otros.
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