lunes, 19 de febrero de 2007

El lado oscuro del corazón


Cómo olvidar este poema de Oliverio Girondo y la actuación de Darío Grandinetti en el Lado Oscuro del Corazón, película de Eliseo Subiela.

Poema I (completo), de Espantapájaros

No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso si! - y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretenden seducirme!
Está fue - y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa.
¿Que me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Que me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronostico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. "¡María Luisa! ¡María Luisa!...y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrisaje forzoso de un espasmo.
¡Que delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando las estrellas! ¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer a una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Me dí una vuelta por acá y me gustó mucho tu sitio. Por cierto, me encantó el poema y el video ni se diga, vieras las caras de mis compañeros al escuchar mis carcajadas. Saludos

ixquic* dijo...

Vi esa película hace unos años y me gustó mucho. Me encanta ese actor. La única mujer que sabía volar era prostituta.... es una película matada de la risa y muy existencialista. Benedetti.... me encantó.

Gracias por traerla acá...justamente con el poema que es clave y medular en la cinta.

Saludos!

Unknown dijo...

Esa película es de mis favoritas :D

Krisma Mancía dijo...

El vídeo: ohhhh. ¡¡¡Qué malo el tipo!!!. ¿Comó no se ocurrió tener una cama de ese estilo? Me hubiera ahorrado muchas dramas emocionales que circularon en mi solteria. Voy a ver como consigo esa película.


¿Te acordas, que hace mucho, hablamos de Girondo? Yo no lo conocía y te agradezco que me lo revelaras.

Un abrazo.