lunes, 6 de abril de 2009

Morir de la manera más estúpida



El sábado anterior, mientras cruzaba la Avenida Monseñor Romero Norte, en la esquina contraria al MÁS!, casi me atropellan.
Es absurdo, pero hay una casa que cubre a los vehículos que vienen sobre esa artería, impidiendo a los peatones ver a los autos.
Tengo años de cruzar esa calle, pero ese día, la crucé con rapidez, pero en el mismo momento que lo hacía, otro peatón, quien se dirigía al lado de la calle del que yo venía, se me atravesó y comenzamos, a media calle, un baile estúpido, mientras corría en nuestra dirección un camión a toda velocidad.
Como pudimos, dejamos el baile de la muerte y cada uno puteó al otro desde el pedazo de acera al que se dirigía.
Mientras daba bocanadas, por el susto, tuve tiempo de reflexionar que la muerte puede llegar de la manera más estúpida, como un pésimo chiste lleno de carcajadas terribles.
No, nada de risas...

1 comentario:

Ricardo Hernández Pereira dijo...

Cuidado William, yo también transito seguido por ahí y conozco bien esas calles.
Sabes, de todas las maneras posibles de morir, no me agradaría morir atropellado. Pero conociendo lo irónica que es la vida, no me atrevo a mencionarlo... hasta ahora.
Saludos