Después de casi cuatro días soportando un dolor de cabeza de los mil demonios, una infección en la garganta que complicó mis pobres oídos y una gripe impresionante que estuvo a punto de deshidratarme, puedo decir que he sobrevivido.
¡¡¡Madre de Dios!!!
Qué días más terribles… recién me di una vuelta por el blog de Sandra y su estado fue similar. En mi casa dos de mis hijos estuvieron igual de jodidos –no incluidos la rociada de gas pimienta que llegó esparcida desde la Avenida España el sábado por la tarde– y en mi trabajo los incapacidades se han vuelto normales.
¡La puta gripe de mierda! (perdón por la pasión), menos mal que no trajo un puto camión para tirármelo encima.
¡Jódete, yo sobreviví!
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