domingo, 4 de mayo de 2008

Lejos del amor, lejos de casa (Pequeñas palabras)


Lejos del amor, lejos de casa

William Alfaro, periodista
El Diario de Hoy

A finales de la guerra, cuando El Salvador comenzaba a superar el miedo de los silbadores de diciembre y el estrépito de las explosiones causadas por los escapes de los autobuses emigró Alejandra.
Su destino era el norte, lejos de la patria chiquita, y más cerca del sueño americano.

Atrás, al sur de San Salvador, en una de las enormes colonias metropolitanas quedó su hija, una adolescente que jamás volvió a ver.

El camino de Alejandra se terminó en México, lejos de la vida onírica que creó en su cerebro y lejos del amor, del rostro de su hija que creció sin tener la más mínima noticia de vida de su madre.
Para Alejandra los años se dejaron envolver en una enorme telaraña que fueron consumiendo la esperanza de volver a su hija, ahora convertida en mujer.
Uno de esos días, y por causa del destino, se reunió con una compatriota más en el DF.

Llegó para trabajar como domestica y terminó siendo parte de la familia, de esa familia de salvadoreños que están dispersos en el mundo.
Ahora, con papeles mexicanos en mano, Alejandra prepara el regreso, no hay poder en la tierra que pueda impedir el reencuentro de esta mujer con hija.

Sabe que todo irá marcha arriba, y que tendrá que buscar sin descanso a su retoño, pero la esperanza y el sueño del reencuentro le dan fuerza a esta vieja mujer.

No hay marcha atrás para Alejandra, ahora tiene otro sueño, más cerca del amor y de la patria chiquita.

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