lunes, 4 de febrero de 2008

Nuestro pan y rumor de cada día (Pequeñas palabras)


Nuestro pan y rumor de cada día
William Alfaro, periodista
El Diario de Hoy

“Yejezqe” vaga por las calles de San Salvador desde hace 12 años. Se convirtió en vendedor de pan cuando tenía 28, y desde entonces camina desde Mejicanos hasta Los Héroes, de colonia en colonia, de comedor en comedor, de bar en bar.
En época de invierno, el “vendedor de pan” parece un árbol húmedo, cubierto de pequeñas bolsas de “pan integral, mantequilla con queso, ajo, y tradicional. También los palitos, bolillos y los cachitos...”.
“Y” transita por las calles de La Rábida, sube la cuesta de la Gabriela Mistral, entra y sale de los negocios atrás “del” Camino Real, charla con cocineras, borrachos, taxistas, mujeres y hombres “extraños”, de los temas más importantes del país. De todos, porque “se aprende a tocar cada tema, aunque no se sepa nada de él”, asegura.
Cuenta que lo que más le gusta de su trabajo es el “pisto”. Describe que el trabajo, desde luego, se hace por amor, pero más que amor es por el “pisto”.
Antes de vender pan, realizó miles de trabajos. Conoció gente importante y ahora goza conversando con gente espontánea que le exigen que su jornada se extienda desde las cuatro de las tarde hasta las cuatro de la mañana.
“Una vez trabajé en un car wash. Ahí llegó el Mágico (González). Me tocó lavarle el carro... Antes me dijo: ‘Déjamelo chivo niño’”, narra con un sonrisa muy discreta.
La experiencia en los suburbios lo hace cauto, no bebe, no fuma y charla con respeto y, a veces, con un poco de confianza, se atreve a dar un consejo o cuenta una anécdota.
“Al Centro no voy a vender. Ahí hay mucha competencia”, asegura y confiesa que en varios descuidos le han “bajado” una bolsita o le ha tocado regalar alguna.
Se marcha como llegó, en silencio, abre paso entre las personas y se aleja hacia otra multitud hambrienta de pan y rumores de las calles de San Salvador.

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