Una de ella es de una activista antibélica que confrontó, con las manos manchadas de pintura roja, a Condoleezza Rice quien llegó a compadecer ante el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos.
La segunda corresponde a un soldado canadiense de la OTAN herido en un enfrentamiento contra los talibanes en Zhari, provincia afgana de Kandahar.
Mientras las guerra en el Medio Oriente se mantenga y observemos ojos desafiantes como los de miss Rice, el mundo no puede considerar que habrá paz.
Ambas fotografías son de la Agencia Reuters.
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