lunes, 27 de octubre de 2008

En palabras de William Blake


Proverbios del infierno
William Blake


  • En tiempos de siembra aprende, en tiempos de cosecha enseñay en el invierno goza.
  • Conduce tu carro y tu arado sobre los huesos de los muertos.
  • La senda del exceso lleva al palacio de la sabiduría.
  • La prudencia es una fea y rica solterona cortejada por la incapacidad.
  • Quien desea y no actúa engendra la plaga.
  • El gusano perdona al arado que lo corta.
  • Sumergid en el río a quien ama el agua.
  • El necio no ve el mismo árbol que ve el sabio.
  • Aquel cuyo rostro no irradia luz nunca será estrella.
  • La eternidad está enamorada de las creaciones del tiempo.
  • A la atareada abeja no le queda tiempo para la pena.
  • Las horas de la locura las mide el reloj, pero ningún reloj puede medir las horas de la sabiduría.
  • Ningún alimento sano se atrapa con red ni trampa.
  • En años de escasez, usa número, peso y medida.
  • No hay pájaro que vuele demasiado alto si lo hace con sus propias alas.
  • Un cuerpo muerto no venga injurias.
  • El acto más sublime consiste en poner a otro delante de ti.
  • Si el necio persistiera en sus necedades llegaría a sabio.
  • La necedad es el atuendo de la bellaquería, la vergüenza es el atuendo del orgullo.
  • Las prisiones se construyen con piedras de Ley; los burdeles con ladrillos de religión.
  • La altivez del pavo real es la gloria de Dios.
  • La lujuria del chivo es la liberalidad de Dios.
  • La ira del león es la sabiduría de Dios.
  • La desnudez de la mujer es obra de Dios.
  • El exceso de pena ríe; el exceso de dicha llora.
  • El rugir de los leones, el aullido de los lobos, el oleaje furioso del mar huracanado y la espada destructora, son porciones de la eternidad demasiado grandes
    para que las aprecie el ojo humano.
  • El zorro condena a la trampa, no a sí mismo.
  • El júbilo impregna; las penas engendran.
  • Dejad que el hombre vista la melena del león y la mujer el vellón de la oveja.
  • El ave un nido, la araña una tela, el hombre la amistad.
  • El egoísta y sonriente necio y el necio que frunce malhumorado el ceño han de considerarse sabios, y podrían ser medidos con la misma vara.
  • Lo que hoy está probado, en su momento era sólo algo imaginado.
  • La rata, el ratón, el zorro y el conejo vigilan las raíces; el león, el tigre, el caballo y el elefante vigilan los frutos.
  • La cisterna contiene; el manantial rebosa.
  • Un pensamiento llena la inmensidad.
  • Si estás siempre listo a expresar tu opinión, el vil te evitará.
  • Todo lo que es creíble, es una imagen de la verdad.
  • Nunca el águila malgastó tanto su tiempo como cuando se propuso aprender del cuervo.
  • El zorro se provee a si mismo; pero Dios provee al león.
  • Piensa por la mañana, actúa a mediodía, come al anochecer y duerme por la noche.
  • Quien ha sufrido tus imposiciones, te conoce.
  • Así como el arado sigue a las palabras, Dios recompensa las plegarias.
  • Los tigres de la ira son más razonables que los caballos de la instrucción.
  • Del agua estancada espera veneno.
  • Nunca sabrás lo que es suficiente a menos que sepas lo que es más que suficiente.
  • ¡Escucha los reproches de los tontos! ¡Forman un título real!
  • Los ojos del fuego, las narices del aire, la boca del agua las barbas de la tierra.
  • El débil en coraje es fuerte en astucia.
  • El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer, tal como el león no
    interroga al caballo sobre cómo atrapar la presa.
  • Quien recibe agradecido da copiosas cosechas.
  • Si otros no hubiesen sido tontos, lo seríamos nosotros.
  • El alma rebosante de dulce deleite jamás será profanada.
  • Cuando ves un águila, ves una porción de Genio: ¡Alza la cabeza!
  • Tal como la oruga elige las hojas mejores para depositar en ellas sus huevos, el sacerdote lanza sus imprecaciones para los más dulces goces.
  • Crear una florecilla es labor de siglos.
  • La condena estimula, la bendición relaja.
  • El mejor vino es el más añejo; la mejor agua, la más nueva.
  • ¡Las plegarias no aran! ¡Los elogios no cosechan!
  • Las alegrías no ríen. Las tristezas no lloran.
  • La cabeza lo Sublime; el corazón, lo patético; los genitales, la Belleza;
    manos y pies la Proporción.
  • Como el aire al pájaro o el agua al pez, así es el desprecio para el despreciable.
  • El cuervo quisiera que todo fuese negro; el búho, que todo fuese blanco.
  • La exuberancia es belleza.
  • Si el león recibiese consejos del zorro, sería astuto.
  • El perfeccionamiento traza caminos rectos; pero los torcidos y sin perfeccionar son los caminos del Genio.
  • Mejor matar a un niño en su cuna que alimentar deseos que no se llevan a la práctica.
  • Donde no está el hombre, la naturaleza es estéril.
  • La verdad nunca puede decirse de modo que sea comprendida sin ser creída.
  • ¡Suficiente! o demasiado.

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